Tlatelolco: un día de viaje por esta zona en la CDMX
¿Qué tanto sabes de Tlatelolco? Conocer a pie y en transporte público la Ciudad de México, la siempre nuestra chilangolandia, la “amodiada”, la caótica y la diversa, ayuda a tener una perspectiva distinta de cuando vas en automóvil, en un ambiente controlado: puedes saber como huele, como se escucha y como se ve su vida cotidiana y sus habitantes.
En esta unidad habitacional y sus alrededores hay tiendas, fondas, tintorerías, vendedores de artesanías, escuelas, guarderías y áreas verdes alrededor. Es una urbe dentro de la urbe. En un día cotidiano los niños salen de la guardería con sus chicharrones con salsa, algunas señoras pasean a sus perros y una que otra pareja de enamorados se esconde entre los arbustos para besarse a gusto.
¿Nos vamos de viaje por esta zona en la CDMX?
Tlatelolco, el viaje elegido
Tlatelolco ha tenido un rol protagónico en la CDMX a través de los siglos. Si bien no debemos olvidar la Masacre del 2 de Octubre de 1968 y la relevancia del Movimiento Estudiantil en México que marcó el contexto sociopolítico, hay más por narrar para darle el valor que merece.
“Sin embargo, y a diferencia de Tenochtitlan, Tlatelolco conservó su nombre mientras que la ciudad tenochca lo perdió. ¿A qué me refiero con esto? Hoy en día nadie dice voy a ir a Tenochtitlan para indicar que se dirige al centro de la actual Ciudad de México, en cambio, el nombre de Tlatelolco es referente obligado cuando de ella se habla”, escribió Eduardo Matos Moctezuma en su artículo “Mentiras y verdades. Las muertes en Tlatelolco” en la revista Arqueología Mexicana.
Su fundación y pasado
Antes de las recomendaciones turísticas, saber su historia te ayudará a entender mejor su entorno y devenir. Desde que se fundó, Tlatelolco es sinónimo de resistencia, pues en 1521 se defendió al territorio mexica de los embates españoles. Durante el Virreinato, aquí se rescató parte de la herencia cultural nahua. En 1968, los estudiantes se manifestaron contra el autoritarismo. En 1985 los habitantes se sobrepusieron al devastador terremoto. Y en 2019 se continúa escribiendo la historia con proyectos para hacer comunidad y retomar el espacio público.
Uno de los mitos populares sobre su fundación, y que puede conocerse en su Museo de Sitio –del cual te contaré más adelante–, es que Huitzilopochtli les dio a dos grupos mexicas unos envoltorios sagrados de nombre tlaquimilolli. A unos les tocó una piedra verde, que simboliza riqueza; y a los otros, dos palos de madera para crear fuego. Los primeros fundaron Tenochtitlán y los segundos Tlatelolco.
Su nombre significa “sobre el montículo redondo de arena” y era un asentamiento original nahua. Fue aliado de Tenochtitlán y representó una zona de comercio fundamental entre los poblados aledaños, como Azcapotzalco. En épocas de la Conquista, fue bastión militar, pero cayó en 1521. Durante la Colonia, fue convento y con el paso de los años se convirtió hasta en prisión; luego caería en estado de abandono por otros barrios más cercanos a la Plaza Mayor.
Tlatelolco y sus colonias aledañas
A finales del siglo XIX Santiago Tlatelolco, Nonoalco, Guerrero y San Rafael fueron pensados para la clase media y figuran como las primeras en contribuir al crecimiento de esta urbe. Con la Revolución se convirtieron en barrios populares y muchas casonas se volvieron vecindades.
“La zona era conocida por la ilegalidad. Había piqueras en las que se vendían bebidas alcohólicas de dudosa calidad, junto a la Iglesia de Santiago Tlatelolco, donde estaba la Aduana de pulque. En el paisaje eran comunes las pulquerías, los cabarets, los billares, las pandillas y salones de baile como el Salón Los Ángeles y cines como el Odeón, el Monumental, el Soto, el Capitolio o el Apolo”, narra Sebastián Castillo, arquitecto y guía durante el recorrido.
De hecho, Nonoalco inició su formación en 1873 junto a la estación del primer ferrocarril, el que llegaba a Veracruz, y que originalmente fue llamada Buenavista o San Fernando. En las calles de Héroes y Nonoalco se encontraba la bodega en la que se descargaban semillas de maíz, trigo y frijol y en sus alrededores existían algunos asentamientos, incluso en los vagones.
El Conjunto Urbano Nonoalco- Tlatelolco y por qué es importante
“La creación de este complejo habitacional del siglo XX tenía como objetivo el orden y el progreso a través de los postulados de la arquitectura moderna. Con ellos se podrían crear mejores alternativas para el bienestar de los trabajadores, gracias a la capitalización de las instituciones estatales y beneficiándose del boom petrolero que llegó a nuestro país como símbolo de bonanza. Era un esfuerzo, que si bien fue en esencia utópico, sirvió para que la gente de todas las clases socioeconómicas hiciera comunidad. Reunió las vanguardias de la época y estas se importaron para crear un modelo latinoamericano de vivienda”, añade Sebastián.
Explica que fue a inicios de los sesenta cuando empezaron las obras de esta unidad, que se inauguró el 21 de noviembre de 1964. Un equipo de arquitectos y urbanistas, entre los cuales estuvo Mario Pani –apoyados por el Gobierno Federal de Adolfo López Mateos–, se basaron en los principios de Le Corbusier y el funcionalismo para su realización.
“Es la segunda unidad habitacional más grande del continente, después de la Co-Op City en el Bronx de Nueva York, que se erigió en 1973”, agrega.
“Tlatelolco busca seguir siendo una comunidad y eso es esencial. Es tan importante que muchas familias se han asentado aquí a sus 56 años de existencia. Han hecho simbiosis colectiva y han defendido su identidad vecinal, hacen suyo el espacio”, enfatiza. El paseo continúa sorprendiéndonos, para quitarse así el prejuicio de que “hay lugares demasiado peligrosos y de que es mejor no ir”.
¿Qué visitar en Tlatelolco?
Ahora sí: ya que te decidiste a recorrer sus puntos más atractivos, te damos estas recomendaciones:
Jardín de la Paz
Este parque es un respiro y se construyó donde estaban algunos edificios que se demolieron después del terremoto de 1985. Cuenta con bancas, juegos infantiles, áreas verdes y un foro abierto para actividades culturales.
Su vocación es dar un mensaje en pro de la paz mundial. Podrás ver la escultura de Carlos Espino, que data de 1993 y que se colocó en el marco del XI Congreso Mundial de la Federación Internacional de Médicos para la Prevención de la Guerra Nuclear, en honor a las víctimas fallecidas a causa de las bombas atómicas.
Ricardo Flores Magón, dentro de la Unidad Habitacional, a unos pasos del Metro Tlatelolco
Plaza de las Tres Culturas
Después de caminar entre los inmuebles y enfrente del edificio Chihuahua, llegas a esta plaza en la que se percibe una triada de la historia prehispánica, colonial y contemporánea de México: la Zona Arqueológica Tlatelolco, la Iglesia y Convento de Santiago Tlatelolco y el Centro Cultural Universitario Tlatelolco (CCUT).
Zona Arqueológica Tlatelolco
Observas las ruinas y alrededor de 60 estructuras, entre altares, plataformas y templos, de esta antigua ciudad mexica, que fue fundada en 1337. Si bien sus excavaciones arqueológicas comenzaron el 8 de abril de 1944, ya van más de 70 años de investigación que han permitido recuperar un acervo importantísimo, visible en el Museo de Sitio, dentro del CCUT.
Iglesia y Convento de Santiago Tlatelolco (Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco)
Fue una de las primeras instituciones de enseñanza destinada a población indígena. Como dato curioso, durante las Leyes de Reforma, este se transformó en la Prisión de Santiago Tlatelolco en 1883, y durante la Revolución Mexicana cientos de presos políticos llenaron sus celdas. Entre los más destacados están Doroteo Arango, mejor conocido como Francisco Villa; el general Porfirista Bernardo Reyes, que fue uno de los colaboradores en la muerte de Francisco I. Madero; y Giraldo Magaña, quien luchó con la causa zapatista.
Justo frente a la iglesia se ve una estela de concreto que se colocó en homenaje a la masacre del 2 de Octubre, y que data de 1993. Allí se leen los nombres de algunas de las víctimas de aquel día. Es inevitable sentir que el corazón se hace chicharrón y se estremece al recordar los testimonios sobre aquella fecha. Este es el poema Memorial de Tlatelolco de Rosario Castellanos inscrito en ella:
¿Quién? ¿Quiénes? Nadie. Al día siguiente, nadie.
La plaza amaneció barrida; los periódicos
dieron como noticia principal
el estado del tiempo.
Y en la televisión, en el radio, en el cine
no hubo ningún cambio de programa,
ningún anuncio intercalado ni un
minuto de silencio en el banquete.
(Pues prosiguió el banquete.)
Centro Cultural Universitario Tlatelolco (CCUT)
Esta parada te asombra porque es un prisma de mármol digno de admirarse: su artífice fue Pedro Ramírez Vázquez (y antes fue sede de la Secretaría de Relaciones Exteriores). Se inauguró el 26 de octubre de 2007 por el rector Juan Ramón de la Fuente y aloja proyectos que pueden visitarse de forma permanente.
Todo el año puedes acceder al Memorial del Movimiento Estudiantil de 1968 para conocer más sobre este y otros hechos sociales, así como disfrutar de las exposiciones permanentes del Museo de Sitio Tlatelolco. Aquí hallarás piezas y pantallas interactivas para conocer más sobre el pasado prehispánico; también, la Colección Stavenhagen, que reúne obras de diversas regiones del territorio mesoamericano y distintas fases culturales. Pasarán las horas y ni te darás cuenta.
Ricardo Flores Magón 1, esquina Eje Central (al poniente y al oriente por Avenida Reforma), colonia Nonoalco-Tlatelolco
Costo: $30.00 pesos (50% de descuento a estudiantes, maestros y miembros del INAPAM, IMSS e ISSSTE. Domingo entrada gratuita)
Horario: Martes a domingo, de 10:00 a 18:00 horas
Más información: ccutlatelolco.com
Edificio “Chihuahua”
Es necesario que en el trayecto mires hacia arriba ya que también encontrarás bellezas como el mural plasmado en esta edificación. Escif, artista valenciano, fue el encargado de hacerlo como parte del proyecto All City Canvas, festival de arte urbano que se realizó en 2012. En su obra se ve a dos hombres en confrontación, y con esto se refleja su postura crítica ante la barbarie de la que fue testigo ese recinto. Para su realización, se utilizó una hamaca eléctrica como las que se usan para lavar las ventanas cuando hay gran altura.
Jardín de Santiago
La caminata nos llevó hasta este jardín que es un oasis verde. Es impresionante cómo al sentarte en sus bancas interiores, te abstraes del ruido de la avenida. Había varias personas comiendo su itacate de medio día y una enfermera paseando a un abuelito. Su barda perimetral es de cantera y cuenta con 62 especies diferentes de plantas y árboles. Este es una réplica del Jardín de San Marcos en Aguascalientes, donde vivió Mario Pani.
En su centro se erige un templo dórico, que recibe el nombre de Monóptero. Repito: hay que observar hacia arriba para encontrar poesía: en su techo se lee “Aquí ponemos y asentamos en la forma que hallamos la laguna grande como atijerada. Sus olas como plata y brillantes como el oro, tan fragante y olorosa donde fundaron nuestro pueblo de Tlatelolco. Ordenanza de Cuauhtémoc. 1523”. Recordemos que este tlatoani se rindió el 13 de agosto de 1521 ante los españoles con el fin de evitar más sufrimientos a su gente, justo aquí, en Tlatelolco.
Edificio “Cuauhtémoc”
La fachada lateral de este otro gigante de Tlatelolco fue intervenida por RETNA, artista originario de Los Ángeles que tiene orígenes africanos, salvadoreños y cherokees. Fue parte de la iniciativa The Beauty Project, que llenó de grafiti y arte contemporáneo el paisaje urbano hace dos años, con la premisa de que el arte es la herramienta inequívoca para transformar la sociedad. En la obra se ven diferentes frases codificadas como México Lindo y Querido.
Huerto Tlatelolco
“Aquí estaba el edificio Oaxaca. Se cayó en el temblor del 85. Yo ayudé para recoger escombros. Pregunte y va a ver que tengo razón”, cuenta Jorge, un taxista de la zona de Tlatelolco. Este espacio verde necesario se asoma a lo lejos y adquirió una nueva vida gracias a Cultiva Ciudad, una organización socioambiental con más de 15 años de experiencia. Lo desarrollaron no solo con el fin de habilitar huertos en espacios abandonados, sino de sembrar comunidad en la Ciudad de México. Tiene talleres, mercados alternativos y eventos para que revises su agenda.
Paseo de la Reforma 742, colonia Tlatelolco
Más información: Cultiva Ciudad
Parroquia de San Miguel Arcángel
Sebastián recomienda este espacio del siglo XVIII para los clavados con el cine de oro mexicano, pues aquí se filmaron escenas de la película Víctimas del Pecado (1951) de Emilio “El Indio” Fernández. Gran gran parte de las escenas muestran el puente de Nonoalco y las vías por donde pasaba el tren.
Torre Insignia o de Banobras
En opinión de Sebastián es el edificio no habitacional más importante en Tlatelolco. En su tiempo fue la segunda torre más grande de la ciudad, después de la Latinoamericana. Su autor también fue Mario Pani y destacan en ella los murales del artista Carlos Mérida que tienen láminas de cobre y tonalidades que recuerdan a lo que Juan O’Gorman hizo en la Biblioteca Central de la UNAM en CU. También aloja un carrillón, que es un sistema de 47 campanas. Bélgica se las regaló a México como un símbolo de amistad.
¿Cómo llegar a Tlatelolco?
El Metro es la mejor opción, ya que desciendes directo en la estación Tlatelolco, de la línea 3. Esta se inauguró el 20 de noviembre de 1970 por Gustavo Díaz Ordaz, quien irónicamente un año antes fue figura clave en la represión estudiantil.
Al salir del Metro, estás en La Reforma, la segunda de la tres secciones del Conjunto Urbano Presidente López Mateos (el nombre original de esta unidad). De frente verás el edificio Donato Guerra, el Club Social 5 de Mayo, el Jardín de la Paz y el Parque de la Pera. Las otras dos secciones son La Independencia y La República.
Si comenzamos a convivir con otros habitantes, en otros entornos que nos hagan mirar con otros ojos nuestra realidad, aprenderemos a observar con más atención los mensajes que el pasado ha dejado como un tatuaje, y que el presente sigue escribiendo en sus ambientes, edificios y calles. Solo así las memorias de cronistas urbanos contemporáneos continuarán contándose motivadas por el análisis, la contemplación y el goce.
Películas relacionadas
Si quieres seguir ahondando en los datos curiosos de esta zona, estas películas toman como espacio a Tlatelolco:
- Los olvidados de Luis Buñuel
- Víctimas del Pecado de Emilio “El Indio” Fernández
- Verano del 1968 de Carlos Bolado
- El grito de Leobardo López
- Naufragio de Jaime Humberto Hermosillo
- Rojo amanecer de Jorge Fons
- Temporada de patos de Fernando Eimbcke.
Pronto te daremos recomendaciones de qué comer en este cuadrante, así que sigue leyéndonos.
Más información:
Más sobre Tlatelolco y arquitectura: Sebastián Castillo, @bastiancast
Fotos de dron: Andrés Pavel Cedillo, @pavelin
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