Un día en Tlayacapan, Morelos
Si estás buscando un lugar bueno, bonito, barato y cercano, Tlayacapan, en Morelos, es para ti. A solo 10 minutos de Oaxtepec, Tlayacapan se posiciona como uno de los Pueblos Mágicos más bonitos en el centro del país.
Su nombre significa “sobre la punta de la tierra” o “la nariz de la tierra” y es de origen Náhuatl. Sus orígenes se remontan al pueblo Olmeca, que, de acuerdo con los estudiosos, fue conquistado por los Xochimilca. Estos permanecerían aquí hasta la llegada de los españoles.
¿Qué hacer en Tlayacapan?
El principal atractivo del Pueblo Mágico Tlayacapan es su arquitectura. Cada barrio del pequeño pueblo posee una capilla que lo identifica. Entre las más representativas se encuentran: la Capilla de Nuestra Señora del Rosario, la Capilla de Santa Ana, Capilla de San Andrés y la del Señor Santiago.
Otra obra importante es el Exconvento de San Juan Bautista. Este lugar se llena de color y festividad cada 24 de junio con la gran fiesta patronal.
Otro gran atractivo del lugar es la Exhacienda de San Nicolás que, según la leyenda, perteneció a Hernán Cortés. Hoy se encuentra un poco deteriorada; sin embargo, se cree que permaneció tres generaciones dentro de la familia Cortés.
¿Y los chinelos?
Sí, este lugar también es famoso por sus chinelos. De hecho, tres días antes del miércoles de ceniza se celebra un gran carnaval que le da pie a un tradicional baile: el Brinco del Chinelo.
Se piensa que, quizá, Tlayacapan sea el lugar originario de los tradicionales chinelos, coloridos personajes que, de acuerdo a los lugareños, nacieron por la constante exclusión de los carnavales por parte de los españoles.
Estos personajes comenzaron a integrarse a las fiestas con harapos y ropas viejas y brincos para llamar la atención. Poco a poco las ropas coloridas hicieron juego con la alegría de sus portadores hasta llegar a lo que conocemos ahora. Las máscaras con barba se emplean como alusión a los españoles.
Cerro del Tlatoani
Como dije antes, está zona fue habitada por importantes culturas prehispánicas y, para nuestra fortuna, dejaron rastro de su paso por estas tierras. En la punta del Cerro del Tlatoani se yergue una gran pirámide, pero, para alcanzar este sagrado lugar, es pertinente pasar una serie de “pruebas” dispuestas por la naturaleza y por los antepasados mismos.
Una larga caminata cuesta arriba y pasadizos estrechos son lo único que se interpone entre los turistas y las imponentes “terrazas” dispuestas en la cima.
Antes de irte no puedes dejar de probar el tradicional mole verde de pepita y comprar alguna de las hermosas obras de cerámica que se fabrican en estas tierras.
No importa si tienes poco dinero o tiempo, el Pueblo Mágico Tlayacapan es una gran opción para liberarte del monótono día a día.
Foto principal: Diario de Morelos
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