El doctor Daniel Hiernaux habló de viajes y COVID-19 en la conferencia virtual del ciclo “La Ciudad y la Pandemia” organizada por el Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad (PUEC) de la UNAM.

Este investigador y profesor de la Universidad Autónoma de Querétaro explicó que la masificación de la industria turística ha hecho a lo largo de los años que esta sea poco resiliente y que, por ende, sea poca su capacidad de resistir esta crisis mundial causada por la pandemia. En su opinión, existe un enorme sentimiento de inseguridad para viajar, incluso mucho más que en los momentos de crisis financiera o cuando el terrorismo llegó a congelar ciertas actividades. Los primeros que se reactivarán serán los laborales, pero los que son por placer o al extranjero no serán algo inmediato.  

El reinicio será complejo y no se reactivará de inmediato en julio o agosto, sino que la gente explorará la posibilidad de hacerlo hasta enero de 2021, en su opinión y en la de otros documentos de centros especializados en investigación académica sobre esta actividad como el Centro de Investigación y Competitividad Turística Anáhuac (Cicotur). Sin embargo, hay áreas de oportunidad y soluciones que a continuación se señalan.

Viajes y COVID- 19: ¿qué tomar en cuenta?

Turismo alternativo: otras formas de viajar

Los destinos rurales y de turismo comunitario, con circuitos al aire libre y que busquen un acercamiento de lo local y su desarrollo controlado y positivo, son los modelos que pueden ser más sostenibles a largo plazo no solo por el tema del coronavirus, sino por temas de ecología, economía y justicia social. “No se debe regresar a la misma masificación. El turismo no debe ser satanizado, pero sí repensado”, dijo.

Hay que preguntarnos cómo viajamos, a dónde, para beneficio de quién y cómo nos comportamos a lo largo de este viaje, así como repensar las maneras en las cuales vemos el descanso y cómo podemos aprovechar entornos naturales mucho más armónicamente, así como vivir el patrimonio local. Esto también se relaciona con la movilidad y con replantearnos estructuras completas y el tipo de empresas con las que decidimos realizar este tipo de travesías.

“No solo es el virus. Es absurdo cómo funcionan algunos actores grandes que se benefician de esta situación e incrementan ventas de forma brutal. Hay que poner en tela de juicio los modelos económicos, hay que repensar en una desglobalización de la recreación y en circuitos más controlables”, opina.

Desmasificación de los destinos

Si bien el turismo es un factor de acumulación de capital, a través de empresas que ofrecen bienes y servicios como hoteles, transportes, alimentos, bebidas y recreación, esto tiene efectos colaterales sobre las poblaciones si es desmedido y desigual, como en el caso de algunas playas y ciudades que son destinos célebres en México y el mundo. Los efectos negativos se visualizan de diferentes maneras: gentrificación, contaminación y desigualdad y deterioro social. “Que haya gente haciendo cola para subir al Everest es una aberración que no debe pasar más”, enfatiza.

Para él, en estos momentos el reto es desmasificar porque si no, a larga, se tendrán problemas de nuevo. Por un lado, hasta que no haya una vacuna se tendrá que pensar en cómo solucionar la reunión de más personas en espacios cerrados y abiertos, como museos y parques. Además, agrega que no faltarán quienes quieran dar bonitas cifras para poder abrir a la brevedad y que habrá presión de lobbying de los consorcios internacionales que se hacen millonarios a costa de esta actividad, y por ende invita tanto a los gobiernos como a los ciudadanos a ser más críticos y analíticos.

Existen empresas que se han apropiado de sitios arqueológicos nativos para su propio beneficio y no como un factor para diversificar modelos sostenibles. Hay que pensar en generar una mejor concientización de la riqueza histórica y de identidad de cada latitud y que haya más elementos para conocer en un lugar, así como evitar paraísos artificiales que son pretextos para un solo sector económico y que no llevan conocimiento ni investigación previa sobre esa geografía y cultura provocando desbalances.

Una nueva ética del turismo

Daniel añade que debe producirse investigación seria sobre turismo y sociedad, con una visión que integre dimensiones humanísticas y de una nueva ética relacionada con las travesías, que tenga una aproximación sana y respetuosa a la naturaleza, el patrimonio, los entornos, pero sobre todo a las personas.

Llama también a que se dignifique el trabajo en este sector en el cual los sueldos y las condiciones son precarizadas. Para él es necesario replantear la protección y evitar la marginalización de quienes nos brindan atención durante cada viaje. El rol de los guías de turista locales con profesionalismo es fundamental: ellos pueden ser promotores de esta ética al ser conocedores. “No todos son falsos y yo los veo como personas que tienen un papel esencial en un nuevo modelo turístico”, declara.  

La ética del turismo y del desarrollo sostenible que plantean algunos filósofos debe incluir lo vital que son los modos de vida de cada contexto. Hay que pensar cada vez más en circuitos cortos y el turismo nacional, no con un enfoque populista, sino porque aquí vivimos y hay que pensar de manera comunitaria para una mejor recuperación.

Algunos datos relacionados

– La Organización Mundial del Turismo (OMT) ha establecido que este año los flujos turísticos mundiales pueden caer entre 1 y 3%, con un descenso en la derrama económica mundial de entre 30 y 50 mil millones de dólares en 2020. En consecuencia, se necesitan estructurar políticas públicas para acompañar a este sector en los meses que vienen.

– La valoración que causará la pandemia al turismo mexicano se presentan tres escenarios de impacto en el PIB Turístico de México para este año, que dependen del avance y propagación del virus, como explica el informe de Cicotur:

1. Moderado: es de una caída de entre el 0 y el 1%
2. Medio: una contracción de entre 1 y 3%.
3. Severo: una contracción de entre 3 y 5% para este y se mantiene en terrenos negativos en 2021.

– Todas las empresas turísticas del país sufrirán en mayor o menor medida daños por la pandemia, pero serán las aerolíneas quienes enfrentarán mayores retos y requerirá de apoyos extraordinarios.

– Del lado de las empresas, además de privilegiar la salud de turistas y colaboradores, es necesario que se realicen los mayores esfuerzos para preservar empleos.

– Las empresas turísticas deberán mantener una máxima flexibilidad en las políticas de cancelación para evitar una afectación adicional a sus clientes.

También puede interesarte

https://sisoy.net/covid-19-y-seguridad-alimentaria-lo-que-debes-saber/

https://sisoy.net/recorridos-virtuales-por-museos-de-mexico/

https://sisoy.net/reserva-de-la-biosfera-volcan-tacana-en-chiapas-cuidado-en-comunidad/

¿Qué más te interesaría saber sobre Viajes y COVID- 19?