Casa Virginia, un restaurante en la Roma para compartir en familia
Buscas la calle y el número del restaurante. Una placa dorada te anuncia que has llegado. Empujas la puerta y al inicio, piensas que te has equivocado pues entraste a la cocina del lugar. Se te indica que sigas subiendo. Y sí, has llegado a Casa Virginia, el restaurante de Mónica Patiño y su hija Micaela Miguel.
La casa lleva el nombre Virginia por la señora que habitó este sitio junto con su esposo Rodrigo. Ellos murieron apenas hace unos años pero siguen en la memoria de esta dupla de mexicanas apasionadas por la gastronomía quienes eran sus vecinas en Delirio, su restaurante y tienda que se encuentra justo debajo de esta casa de estilo francés de los años veinte tan característico de la zona. Aquí, todo queda en familia.
El blanco predomina en la gama cromática de la ambientación de Casa Virginia. Las plantas, los muebles de madera, los espejos, los ventanales, los techos altos y la privacidad entre espacios. Te sientes como en la casa de esa abuela que recibía a toda la familia los domingos para comer.
Este es un lugar en el que se comparte. Los platillos van al centro, son de porciones grandes y el espacio invita a quedarse a beber un aperitivo, postre y café para seguir la sobremesa.
La cocina de este sitio se caracteriza por su intensidad y autenticidad de sabores, con un buen manejo de técnicas que logran que todo sepa a lo que debe saber. Los huertos urbanos son parte central de su propuesta gastronómica, fresca y casera.
“Hacemos un menú sencillo de comida de casa que todos podemos comer. Yo lo definiría como cocina francesa con un toque mexicano y, por supuesto, con el de Mónica Patiño”, dijo Corentin Bertrand, el cocinero francés que se encarga de la cocina de Casa Virginia. Él hace una muy buena mancuerna con la experimentada chef mexicana.
¿Qué comer en Casa Virginia?
Te recomiendo como entrada una tarta fina de jitomate con carpaccio de res que se elabora con filete de importación cocido con limón y aceite. Se cubre con arúgula, sal y dos finas capas de parmesano Grana Padano y pesto de arúgula. La consistencia del hojaldre crujiente y humedecido por el fino sabor de la mantequilla te hace viajar a ese sabor que sólo la pâtisserie française logra.
Probé como plato fuerte un salmón noruego confitado en aceite de oliva con chile, ajo y tomillo, que se cuece lentamente a 60 grados para no secar su carne. Se sirve acompañado por puré de betabel con vinagre balsámico y una reducción de cítricos. La frescura, la acidez y el balance de este platillo lo hacen una opción sumamente disfrutable.
Para finalizar un postre que alegra la vista y el paladar es la clásica Pavlova con frutos rojos. Como la célebre bailarina que llevaba su nombre, llena de gusto más de un sentido. Es un plato nada empalagoso que se decora con flores.
Una recomendación de Bertrand es pedir el foie gras, uno de los consentidos por los comensales. Su guarnición cambia con la temporada.
Lo mejor de Casa Virginia es que cada semana hay platillos nuevos pues, además de aprovechar las temporadas y los mejores productos a su alcance, buscan sorprender a quien decida probar la comida en este sitio.
¿Qué beber en Casa Virginia?
La oferta para acompañar la comida es variada. Podrás elegir vinos, mezcales y cocteles de la casa, que son elaborados con diversos licores como el original Ancho Reyes, oriundo de Puebla que se prepara con chile ancho.
Hay infusiones, tés y cafés para finalizar tu comida o cena, por lo que los que no beben alcohol también tienen diversas opciones para refrescarse.
Una buena noticia es que nos compartieron una receta para preparar un coctel llamado Aperitivo Blanco con mezcal y tomillo. Ese trago puede ser una fresca forma de abrir boca y refrescar el paladar.
Casa Virginia es una excelente opción si tienes una comida especial que quieras compartir con los que más quieres y se localiza en Monterrey 116, colonia Roma.
Agradecemos a Micaela Miguel y al equipo de Casa Virginia su apoyo para esta entrevista.