La birria jalisciense y los tacos de este guiso son su especialidad, así como una enorme lista de cervezas, rones, “güisquis” y hasta mezcales y champaña. Sí, estoy hablando de La Polar.
Este célebre lugar da servicios, a “la crudidad” para seguir la fiesta porque es el lugar del “embriag-oso” (sic). Ambas palabras se leen en la primera página de su menú como una forma de darle identidad y razón de ser a su peculiar ambiente.
La Polar abre desde las 7:30 de la mañana, los 365 días del año desde 1934. Pocos sitios pueden jactarse de tener tanta fama, estar tan llenos y de ser tan entrañables para algunos. Con mariachi, banda, salsa y cumbia te adentrarás en diferentes laberintos que integran esta casa en la que se unen los capitalinos con los turistas y lo kitsch con lo godín. Hay ética entre músicos pues cada grupo toca una rola para repartirse los sonidos del salón (así que si quieres silencio y sobriedad éste no es el lugar).
La música en La Polar
No paran las canciones “ardidas” de los grupos de puros hombres, quienes ya “entonados” se dan una que otra muestra de cariño y le dicen algún albur a su compadre; las más románticas (o cachondas) de las parejas consolidadas, las tambaleantes, las aburridas o las que se arman ahí; y tampoco faltan las animosas porque siempre hay motivos para festejar la vida.
Posee una terraza llamada Lupillo Rivera con una extraña decoración en la que hay dos chivos (vestidos con el uniforme de las Chivas, árboles sintéticos, máscaras de luchadores, palmeras luminosas y una fuente con un flujo constante de agua) que es el lugar concurrido para acudir después de la oficina.
No todo es tomar y tomar
Si vas en plan familiar, hay salones más tranquilos abajo en los que puedes desayunar, comer o cenar para el festejo de cumpleaños, aniversarios y más (eso sí, mientras eres observado por varias cabezas de animales como en el salón de un cazador).
Justo enfrente de toda esta vorágine tragona, hay un skate park en el bajo puente en donde los jóvenes encuentran expresiones cercanas a ellos, como el grafiti, la música y los deportes extremos. La apropiación se hace presente y es algo cambiante y así es el barrio de la San Rafael que ve en La Polar parte de su resistencia y orgullo.
Ve por tu platito de birria o tus tacos (si no comes picante, avisa antes de que te lleven tu orden) y prepárate para comer “como si no hubiera un mañana” (también tienen servicio para llevar). La polar se localiza en Guillermo Prieto 129, colonia San Rafael.
Si quieres conocer más lugares de esta colonia te recomiendo leer Cine Ópera, una de las ruinas más bonitas de la ciudad o 4 edificios que debes conocer en la San Rafael.
Agradecemos a Adrián Ortega Híjar su apoyo para esta ruta por la colonia San Rafael.
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