¿Cómo cuidarse? Salud

Cómo prevenir y diagnosticar la sarcopenia

Cómo prevenir y diagnosticar la sarcopenia
  • Publicado25 mayo, 2015

Un adulto que pierde estatura con la edad o se convierte en una persona frágil que depende de los demás para realizar sus actividades cotidianas tiene grandes posibilidades de sufrir sarcopenia.

Se trata de un trastorno que consiste en la pérdida gradual de masa, fuerza y función de los músculos esqueléticos relacionada con el envejecimiento.

La especialista María del Consuelo Velázquez menciona que según estadísticas de estudios realizados en la UAM Xochimilco, la sarcopenia afecta a uno de cada cuatro individuos mayores a los 65 años y que una vez superada la octava década de vida, el problema se presenta en la mitad de ellos.

Esto explica el elevado riesgo que enfrentan los adultos de la tercera edad de sufrir caídas y fracturas.

Entre las causas se incluyen factores del propio músculo y cambios del sistema nervioso central, además de factores hormonales y de estilo de vida.

Diversas hormonas y sustancias inflamatorias afectan la función y masa muscular, por ejemplo, la reducción de testosterona y estrógenos que acompaña a la vejez, acelera la pérdida de masa muscular.

Sarcopenia: pérdida involuntaria de músculo

A partir de la cuarta década de vida, la masa muscular del ser humano disminuye de un 1 a un 2% por año.

Entre los 50 y 60 años de edad, la fuerza muscular registra reducción anual de un 1.5%  y después de los 65 años, el descenso es de un 3% cada año.

Por tanto, para evitar esta condición que resta fuerza y funcionalidad, los médicos recomiendan practicar ejercicio de manera constante, adecuado a las necesidades y características del individuo.

La movilidad es indicador clave de un envejecimiento sano, es decir, en la medida en que una persona aumente su actividad física, en igual forma vivirá la tercera edad con salud y sin riesgo de discapacidad.

De hecho los problemas para moverse con libertad con frecuencia son señal de un declive funcional inminente entre adultos mayores, lo que puede afectar su capacidad de ser individuos independientes o incluso causar depresión.

¿Cómo se previene?

Muchos estudios han comprobado que en adultos de edad avanzada la actividad física ofrece múltiples beneficios.

Por ejemplo, los ejercicios de resistencia que ponen los músculos, articulaciones y tejidos circundantes bajo estrés de alta intensidad y corta duración (levantamiento de pesas o estiramiento con ligas) contrarrestan la pérdida muscular relacionada al envejecimiento porque fortalecen brazos, pantorrillas y rodillas.

Lo anterior tiene resultado tras varias semanas (al menos, doce) de entrenamiento.

Igualmente, seguir una rutina de ejercicios dos o tres veces por semana se traduce en un incremento significativo de la fuerza muscular, en la velocidad de marcha y en la capacidad de ponerse de pie de una silla sin apoyo; incluso ayudaría a evitar el elevador para subir uno o dos niveles.

Así que mantenerse activo es una de las mejores armas contra la fragilidad que caracteriza al ser humano en edades avanzadas y la sarcopenia. Si estás en buena condición física antes de un accidente o de una enfermedad, la práctica de ejercicio te ayudará a recuperarte más rápidamente.

Agradecemos la entrevista con la doctora María del Consuelo Velázquez para la realización de este artículo.

Te podría interesar:

Y tú, ¿qué harás para prevenir el desarrollo de sarcopenia?

Autor

Written By
Lucía Velázquez

Deje un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *