Diagnosticar a tiempo las inmunodeficiencias primarias
Para detectarla antes de iniciar la evaluación de laboratorio y la historia personal del paciente, se pueden valorar los antecedentes familiares y hacer una exploración física. Esto permite, muchas veces, una aproximación diagnóstica.
Debemos tener en cuenta las deficiencias de anticuerpos que se manifiestan entre los 4 y 6 meses de edad, cuando el niño pierde la protección de los anticuerpos maternos transferidos por vía transplacentaria. Puede haber diarrea persistente, retraso de peso y talla, e infecciones pulmonares.
El doctor Francisco Javier Espinoza nos comenta cuáles son las formas de detección más usuales: “es posible acercarse al diagnóstico con pruebas sencillas de laboratorio como el hemograma, el perfil bioquímico general, la cuantificación de inmunoglobulinas y la radiología de tórax”.
Es sumamente importante valorar cuidadosamente a los pacientes sospechosos de una inmunodeficiencia antes de la administración de vacunas de virus vivos o de realizar una transfusión de hemoderivados, ya que hacer esto en un inmunodeficiente puede resultar mortal.
Las personas que tienen una inmunodeficiencia primaria tienen infecciones recurrentes, persistentes y crónicas como otitis, faringitis, diarreas, neumonía y encefalitis, que pueden llevar a daño permanente en los tejidos afectados o incluso causar la muerte si no se diagnostican y tratan de manera apropiada.
Agradecemos a Francisco Javier Espinoza el Presidente de la Fundación Mexicana para Niños con Inmunodeficiencias, las facilidades para esta edición.