Estrés emocional y poco consumo de fibra, terrible combinación

Podríamos pensar que el estado de ánimo no tiene nada que ver con nuestra digestión, sin embargo esto no es así. El hecho de que experimentemos estrés, tristeza, preocupación o alguna otra emoción está relacionado directamente con lo que sucede en nuestro aparato digestivo, y viceversa.

La evidencia científica que se tiene sobre la relación de la salud del tracto digestivo con el estado de ánimo sugiere que, si el sistema digestivo funciona correctamente, todas las sustancias que se produzcan ahí estarán en equilibrio, y como resultado se podrán afrontar de mejor manera las emociones y situaciones inesperadas que surjan a nuestro alrededor, como el estrés ocasionado por períodos de exámenes, la obtención de más responsabilidades o un periodo de depresión, por mencionar sólo algunas.

Si a la mala digestión le sumamos el bajo consumo de fibra proveniente de frutas, verduras o cereales integrales, esto representa un problema sustancial que contribuye con el sobrepeso y la obesidad.

Lo recomendable es cambiar los hábitos de alimentación producto de una rutina acelerada que llevan a las personas a comer por estrés y consumir alimentos altos en grasa. También es necesario aumentar el consumo de fibra ya que en México apenas se come 60 por ciento de la recomendación diaria, lo que promueve una mala digestión y otros trastornos.