Los síntomas de las inmunodeficiencias primarias
Como la mayoría de las enfermedades, cuando las inmunodeficiencias primarias son detectadas a tiempo hay grandes posibilidades de restablecimiento.
Sin embargo, el diagnóstico es el principal problema en torno a los niños inmunodeficientes, ya que en nuestro país existe gran falta de sensibilidad en los primeros dictámenes.
Las inmunodeficiencias primarias deben sospecharse en niños con demasiadas infecciones causadas por patógenos normales.
El sistema inmunológico protege el cuerpo de gérmenes como bacterias, virus, hongos y parásitos. Por lo tanto, si una parte de él falla o no funciona correctamente, se estará más propenso a contraer infecciones, éstas se presentarán en forma recurrente y tardará más la recuperación (aún con tratamiento adecuado).
Sin embargo, las infecciones no son la única señal de alarma, por lo que te compartimos algunas más que te ayudarán a sospechar de la presencia de una inmunodeficiencia primaria:
- Cuatro o más infecciones de oído en un solo año.
- Dos o más infecciones de sinusitis graves en un solo año.
- Dos o más meses tomando antibióticos con pocos resultados.
- Dos o más neumonías en un solo año.
- El niño no aumenta de peso ni crece normalmente.
- Abscesos cutáneos o en órganos internos, recurrentes.
- Aftas persistentes en la boca o en cualquier otra parte, después de 1 año de edad.
- Necesidad de antibióticos intravenosos para aliviar infecciones.
- Dos o más infecciones profundamente arraigadas.
- Antecedentes familiares de inmunodeficiencias primarias.
Agradecemos a Francisco Javier Espinoza el Presidente de la Fundación Mexicana para Niños con Inmunodeficiencias, las facilidades para esta edición.