Muchos de nosotros ignoramos qué es lo que sucede con nuestro organismo cuando tomamos de más y por qué nuestro cuerpo responde al día siguiente con la terrible cruda. De acuerdo a especialistas del Instituto Mexicano de Seguro Social (IMSS), el daño comienza en la corteza cerebral, la cual procesa la información capturada por nuestros sentidos, además de pensamientos consientes e inconscientes. Cuando tomamos alcohol en exceso estos procesos se inhiben, haciéndonos más extrovertidos y confiados.
También afecta el cerebelo y el sistema límbico, encargados de los movimientos delicados y de controlar las emociones y la memoria, esta es la respuestas del por qué algunas veces no recordamos lo que sucedió la noche anterior o por qué algunas personas suelen ponerse “malacopa”.
Sin embargo el consumo excesivo de bebidas alcohólicas también tiene repercusiones en nuestro organismo en general, por ejemplo: irrita al estómago ocasionando reflujo y vómito; la circulación de la sangre aumenta y los músculos pueden llegar a inflamarse al día siguiente.
Es muy común que después de una noche de excesos experimentemos resaca. Antes de que exclames el típico “¡no lo vuelvo a hacer!” toma nota de estos secretos para que la cruda no te alcance.
- Trata de beber alcohol lentamente, prueba con sorbos pequeños
- No duermas ocho horas seguidas, en lugar de eso levántate tras seis horas de sueño, bebe un vaso de agua y luego vuélvete a dormir
- Las bebidas como el vodka y el vino blanco provocan menos resaca
- ¡No mezcles bebidas! (esto no aplica para los vinos, puedes tomar vino blanco y rojo)
- Bebe por lo menos un litro de agua antes de dormir
- Alterna el alcohol con agua en partes iguales
- No revuelvas alcohol con refresco o con otros alcoholes que contengan azúcar residual