Matehuala, centro comercial de San Luis Potosí
¿Sabías qué Matehuala era una exclamación de guerra por parte de los miembros de la etnia guachichil, habitantes de la región? Cuentan los habitantes de lugar que se trataba de una suerte de aviso o amenaza, algo como un: “¡No se acerquen aquí!”.
Matehuala, el poblado, es el final de un camino con pocas curvas y paisajes semidesérticos de palmas, garambullos y cactáceas, y de lomeríos en el horizonte, el emblemático cerro del Fraile y una enorme cúpula en la planicie. A la llegada, te reciben unos arcos que son la puerta de entrada a esta ciudad, y constituye un punto de partida para recorrer otros lugares del Altiplano Potosino.
Como el centro comercial de la región, Matehuala te ofrece deliciosa comida. No te puedes perder las tortas de las Sevillanas, acompañadas como postre de las deliciosas natillas o de las tradicionales glorias.
Conoce el Mercado Arista, donde venden productos y dulces regionales. En las talabarterías, los trabajos artesanales te esperan con artículos típicos de piel (cintos y botas) a precios tan atractivos que valdrá por ello la visita.
Otra parada en la ciudad es el templo, dedicado a la Inmaculada Concepción, la leyenda dice que es una réplica inconclusa del templo de San José, de Lyon, Francia; y aunque este dato no es preciso, visitarlo resulta impresionante por lo espacioso de su interior.
A pocas cuadras hacia el sur se encuentra la Plaza de Armas, un lugar frondoso, apacible, donde los lugareños se reúnen para charlar o simplemente a esperar que baje el calor. Alrededor encontrarás algunos cafés al aire libre, desde donde puedes admirar dos de los mejores ejemplos de la antigua arquitectura local: la Casa de los Portales y la sobria fachada del templo de Santiago.
Aquí a finales de mayo hay mucha actividad en calles, plazas y teatros: es la época del Festival del Desierto, el más antiguo de su género en el estado de San Luis Potosí.
Para terminar recuerda que cuando visites Matehuala disfrutar de la especialidad gastronómica regional: el cabrito; pero al pastor es indescriptible.
Fuente: visitmexico.com