Santuario de la Virgen de Ocotlán
Tlaxcala es un estado que se distingue, entre otras cosas por su bello arte sacro. Los ejemplos, sobran; desde pequeñas capillas hasta grandes conventos las obras artísticas de estos recintos religiosos son admiradas por cientos de turistas nacionales y extranjeros. Sin embargo, el Santuario de la Virgen de Ocotlán, es quizá una de las iglesias más impresionantes y bellas de Tlaxcala.
Además de su imponente arquitectura, este santuario guarda una leyenda digna de ser contada.
A diez años de la aparición de la Virgen de Guadalupe a Juan Diego, ésta se manifiesta también a otro indígena del mismo nombre pero del pueblo enemigo, es decir Tlaxcala.
Allá en 1541, Diego Bernardino caminaba por el bosque de los ocotes, cuando la Virgen se le aparece preguntándole para dónde iba, a lo que Diego responde que llevaba agua para los enfermos; la Virgen contestó “Ven en pos de mí, yo te daré otra agua con que se extinguirá el contagio y sanen no sólo tus parientes sino cuantos bebieran de ella”.
Diego llenó su cántaro de agua y corrió a su pueblo, para contar a los frailes lo que sucedió y lo que sucedería: en el interior de un ocote encontrarían una figura de la Virgen, la cual debía ser trasladada al templo de San Lorenzo.
Caía la tarde, los frailes observaron que el bosque se incendiaba, pero las llamas no consumían nada. Fijaron sus ojos en un gran árbol luminoso al que se acercaron sigilosamente; en su interior encontraron la escultura de la Virgen María, la misma que hoy en día se encuentra en el altar del santuario.
Como cuenta la leyenda, la imagen de madera policromada se halla en el centro del recinto y es uno de los mayores atractivos del lugar. El conjunto arquitectónico sobresale en el valle de Tlaxcala por sus grandes torres de 33 metros de altura y las edificaciones que lo complementan, como la capilla de Guadalupe, donde actualmente se ubican el baptisterio y cuatro vitrales alemanes dignos de conocer.
Su fachada semeja un retablo cubierto por concha; fue construida con ladrillo y recubierta con cal y arena. Debido a su estilo, es considerado uno de los máximos ejemplos del barroco churrigueresco. En su interior sobresale el altar principal, en donde resalta el Camerín, un octágono perfecto ideado por Loayzaga y realizado por Francisco Miguel Tlayoltehuanitzin.
Dirección: Calle Hidalgo No. 1. Ocotlán, Tlaxcala.
Horario: lunes a viernes de 9:00 – 19:00 horas, sábados y domingos de 9:000 – 14:00 horas.
Fuente: Turismo Tlaxcala