El estilo de vida, modas y formas actuales de relacionarse entre adolescentes muchas veces los llevan a no dormir por la noche o dormir poco; esto, provoca que sus padres se preocupen y piensen que tal vez lo que tienen sus hijos es insomnio. Sin embargo, el doctor Alberto Labra, especialista en medicina del sueño, nos comentó que “insomnio” es únicamente cuando “no puedes dormir”; es decir, quieres dormir, estás muy cansado, pero por más que lo intentas, no lo logras.
Para saber si el caso que te preocupa es “insomnio” analiza con calma la situación:
Por ontogenia del sueño, la manera en que se comporta el dormir según la edad, un adolescente debe dormir entre 9 y 10 horas (aunque la genética determinará si necesita más o menos), en cualquier horario.
Síndrome de fase retardada del sueño
Hay casos, nos cuenta el doctor, en que el adolescente va a la escuela en la tarde. Al llegar a casa se pone a hacer tarea, a chatear, estar un poco en Internet, ver televisión y termina durmiéndose a las 4 de la mañana. Al día siguiente no se levanta hasta la 1 de la tarde y los padres preocupados porque no durmió durante la noche van con el doctor y le dicen que tiene insomnio. Pero, si contamos de las 4 de la mañana a la 1 de la tarde hay 9 horas (justo las que necesita).
A esto se le llama síndrome de fase retardada del sueño y aunque puede ocurrir a cualquier edad, en adolescentes es cada vez más común por la estimulación que significan las nuevas tecnologías.
¿Qué hacer? Un especialista en medicina del sueño puede ayudarles a recorrer su horario paulatinamente para que su hora de descanso sea durante la noche. Siguiendo el ejemplo, si adelanta su hora de dormir a las 10 pm o a las 9 pm, podrá despertar a las 7 am o 6 am y vivir de día.
Tal vez, ante esta situación, valga la pena hablarle al adolescente de la higiene del sueño, de la importancia de éste y de las ventajas de dormir en un horario nocturno.
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